Hoy el viento me trae tu recuerdo
cubriéndome de profundo escalofrio
por una muerte que aún no entiendo
y trato de comprender por qué te has ido.
Naciste como un ángel
y como un angel has vivido
caminando por la vida
siempre con sigilo.
Tal vez por eso Dios te llevó
por qué eras un ángel
y solo los ángeles junto a Dios
tienen su sitio.
Cuando supe de tu viaje
mi corazón quedó detenido
y sentí un dolor tan fuerte que creí
que tu muerte, de Dios fué un descuido.
Pero creo en Jesús
y su promesa de otra vida
y por eso ya no lloro al saber
que te veré nuevamente, madre mía.