Las hermandades, desde sus inicios, vivieron la creación y sustento de Hospitales para los pobres. Estos eran una mezcla de asilo, hospicio, centro de urgencias y hogar del transeúnte. Tanto cofradías gremiales como nobiliarias, desde las testamentales a las de fundación espiscopal, pasando por los que promovían las órdenes religiosas o los mismos reyes, tuvieron infinidad de establecimientos de carácter asistencial.
Destacan, a finales del s. XVII y durante todo el s. XVIII, las fundaciones de Hospitales de Jesús Nazareno. Anteriormente, las cofradías de San Lázaro y San Roque, habían promovido, extramuros de las ciudades, pequeños centros hospitalarios para enfermos contagiosos de todo tipo, en el entorno de sus ermitas que hoy dan nombre a barriadas periféricas de muchos enclaves urbanos.
En virtud de la desamortización del año 1835, los bienes de las hermandades y cofradías, como los de tantos conventos, fueron incautados y estas derivaron en corporaciones devotas, sin posibilidades de continuar su labor benéfico-social.
2 comentarios:
ISABEL:
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