18/8/09
Parábola del Hijo Pródigo
Un hombre tenía dos hijos. El más joven de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde. Y les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo más joven, reuniéndolo todo, se fue a un país lejano y malgastó allí su fortuna viviendo lujuriosamente. Después de gastar todo, hubo una gran hambre en aquella región y él empezó a pasar necesidad. Fue y se puso a servir a un hombre de aquella región, el cual lo mandó a sus tierras a guardar cerdos; le entraban ganas de saciarse con las algarrobas que comían los cerdos; y nadie se las daba. Recapacitando, se dijo: ¡cuántos jornaleros de mi padre tienen pan abundante mientras yo aquí me muero de hambre! Me levantaré e iré a mi padre y le diré: padre, he pecado contra el Cielo y contra ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo; trátame como a uno de tus jornaleros. Y levantándose se puso en camino hacia la casa de su padre.Cuando aun estaba lejos, lo vio su padre y se compadeció; y corriendo a su encuentro, se le echó al cuello y lo cubrió de besos. Comenzó a decirle el hijo: Padre, he pecado contra el Cielo y contra ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo. Pero el padre dijo a sus criados: pronto, sacad el mejor traje y vestidlo; ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies; traed el ternero cebado y matadlo, y vamos a celebrarlo con un banquete; porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado. Y se pusieron a celebrarlo.El hijo mayor estaba en el campo; al volver y acercarse a casa oyó la música y los cantos y, llamando a uno de los criados, le preguntó qué pasaba. Este le dijo: Ha llegado tu hermano, y tu padre ha matado el ternero cebado por haberle recobrado sano. Se indignó y no quería entrar, pero su padre salió a convencerlo. El replicó a su padre: Mira cuántos años hace que te sirvo sin desobedecer ninguna orden tuya, y nunca me has dado ni un cabrito para divertirme con mis amigos. Pero en cuanto ha venido este hijo tuyo que devoró tu fortuna con meretrices, has hecho matar para él el ternero cebado. Pero él respondió: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero había que celebrarlo y alegrarse, porque ese hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado.
La actitud del Padre es un desbordarse de cariño: aunque respetando su libertad, el Padre salía diariamente a la espera del hijo; en cuanto le ve llegar, le va al encuentro, le abraza, le besa, le deja hablar; le prepara un convite, le viste con vestiduras ricas, le da el anillo de la reconciliación. Más no se puede pedir este perdón, es un amor extraordinario.
Etiquetas:
parábola
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Si cuando "nos vamos " recordamos que nuestro Padre Dios sale cada día al camino, no tardaremos en volver.
Es una parábola de gran consuelo y donde la esencia misericordiosa del cristianismo se hace patente.
Me reconforta!
Y qué te digo yo ahora? jajaja
Menudo despiste el mío, perdóname. Si quieres leer el libro que te dije, lo tienes a tu disposición
Besos
hola Isabel me gusta mucho la parabola del hijo prodigo el abrazo del padres es la ternura del amor misericordioso de Dios en nuestras vidas cuando nos alejamos de El.
un abrazo buena semana para ti llena de bendiciones.
hna yajaira de Dios cd
HOLITA AMIGA ISABEL:ME PASE PARA DESEARTE UNLINDO COMIENZO DE SEMANA...REZA POR MI ESTOY SUFRIENDO UNA GRAN ACECHANZA ,POR ESE LUGARCITO ESPECIAL QUE TENGO EN LA MISION...REALIZO MI HUMILDE SERVICIO DE REZAR EL ROSARIO EN LA MISION CON DOS PERSONAS DETRAS DE MI QUE NO SE SIQUIERA QUE PRETENDEN,YO SOLO AMO A JESUS Y A MARIA SU SANTA MADRE.
TENGO UNA TRISTEZA EN EL CORAZON,LA BARCA ESTA SIENDO ZARANDEADA,TENGO FE QUE JESUS ESTA AL MANDO.
O que me comove e ao mesmo tempo me dá esperança é que " o Pai saía todos os dias ao caminho á espera do filho". Como cristã, este é um blog que me diz muito. Um beijo Graçaquelimane
Publicar un comentario