Alrededor de medio millón de jóvenes, según la organización, se han concentrado en la Plaza de Cibeles de Madrid para asistir a la misa de apertura de la Jornada Mundial de la Juventud que ha sido oficiada por el Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela.
En la ceremonia también ha intervenido el cardenal Stanislaw Rylko, presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, responsable de las JMJ, quien ha animado a los jóvenes a ser testimonio de fe en una Europa "que está dando signos de profunda desorientación".
Durante la celebración de la Eucaristía ha estado expuesta la reliquia del Beato Juan Pablo II, una ampolla de sangre extraída las semanas previas a su fallecimiento, a quien ha estado dedicada la misa de la inauguración de esta Jornada
Uniformados con camisetas y sombreros de colores y en su mayoría marchando detrás de las banderas de su país de origen, los jóvenes han abarrotado la Plaza de la Cibeles, la calle Alcalá y los laterales del Paseo del Prado, hasta Colón.
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