2/11/09

2 de Noviembre, conmemoración de los fieles difuntos


CONMEMORACIÓN DE LOS DIFUNTOS


La conmemoración de los fieles difuntos se celebra en toda la Iglesia el 2 de noviembre o, si éste es domingo o solemnidad, el 3 de noviembre. Todo el clero debe recitar el oficio de difuntos y todas las Misas son de Réquiem, excepto la de la fiesta corriente donde sea de obligación.

La base teológica de la fiesta es la doctrina de que las almas, que al partir del cuerpo no están perfectamente limpias de pecados veniales o no han reparado totalmente las transgresiones del pasado, son privadas de la Visión Beatífica, y que el creyente en la tierra puede ayudarles con las oraciones, la limosna y sobre todo por el Sacrificio de la Misa. (Ver Purgatorio)

En los primeros días del cristianismo se escribía en los dípticos los nombres de los hermanos que habían partido. Después, en el siglo VI, era costumbre en los monasterios benedictinos tener una conmemoración de los miembros difuntos en Pentecostés. En España, en tiempos de San Isidoro de Sevilla (m. 636), había un día semejante el sábado antes de la Sexagésima o antes de Pentecostés. En Alemania existió (según el testimonio de Widukind, abad de Corvey, c. 980) una ceremonia consagrada a orar por los difuntos el 1 de octubre, la cual fue aceptada y bendecida por la Iglesia. San Odilo de Cluny (m. 1048) ordenó que en todos los monasterios de su congregación se celebrara anualmente la conmemoración de todos los fieles difuntos. De allí se extendió entre las otras congregaciones de los benedictinos y entre los cartujos.

De las diócesis, Lieja fue la primera en adoptarla, bajo el obispo Notger (m. 1008). Luego se halla en el martirologio de San Protadio de Besançon (1053-66). El obispo Otrico (1120-25) la introdujo en Milán para el 15 de octubre. En España, Portugal, y América Latina es tradicional que los sacerdotes en este día celebren tres Misas. Una concesión similar para todo el mundo fue solicitada al Papa León XIII. No la concedió pero ordenó un Réquiem especial el domingo 30 de septiembre de 1888.

En el rito griego esta conmemoración se celebra en la víspera del Domingo de Sexagésima, o en la víspera de Pentecostés. Los armenios celebran la pascua de los difuntos el día después de Pascua.