11/3/09

La imagen de Jesús no es Jesús (veneración o adoración)

Del mismo modo que la foto o la escultura de una persona no son esa persona, así un cuadro o una escultura de Jesús no son Jesús. Sabemos que estamos ante imágenes, representaciones que de alguna manera nos recuerdan algún aspecto de la vida o del misterio de Jesucristo. Por eso tenemos que distinguir entre venerar una imagen de Cristo y adorar al Hijo de Dios. La advertencia del Antiguo Testamento no ha perdido actualidad. No rezamos a una imagen sino que rezamos a Aquel que está representado por la imagen. ¡Pobres de nosostros si pusiéramos nuestra esperanza en un trozo de madera!.
Y lo mismo que decimos de las imágenes de Jesús podemos decirlo de las de la Santísima Virgen o de los santos. A través de la veneración a estas imágenes estamos adorando al verdadero Dios, que ha hecho maravillas en estas personas transformándolas a imagen suya. Porque a los que conoció de antemano, los destinó también desde el principio a reproducir la imagen de su Hijo, llamado a ser el primogénito entre muchos hermanos. Los santos reproducen así la imagen de Cristo y nos introducen en su misterio.

Conclusión: Las veneramos pero no las adoramos y nos deben de unir en fraternidad sin fanatismo.